La erotofobia como su nombre lo dice es la fobia al sexo, pero no solo a sostener encuentros sexuales, sino a hablar o tocar cualquier tema relacionado con él. La sociedad ayuda a que la fobia se desarrolle desde muy pequeños, pues es un tabú hablar de sexo y no se les da educación sexual a los jóvenes.
La palabra erotofobia, que viene de “Eros”, el dios del amor de la antigua Grecia y de “fobia” que significa “miedo”, es utilizada para referirse al miedo al sexo.
QUÉ SUCEDE CUANDO SUFRES LA EROTOFOBIA
El sexo y los temas de sexualidad se convierten en un miedo irracional. Los erotofóbicos no hablan de sexo, reaccionan negativamente al material sexualmente explícito y prácticamente no tienen relaciones sexuales o son muy espaciadas en el tiempo.
La erotofobia puede presentarse tanto en hombres como en mujeres, pero somos nostras las que presentamos en mayor medida el miedo por el sexo.
Al evaluarla existen varios niveles de la fobia. En los casos extremos la persona se bloquea completamente y desarrolla síntomas como dolores de cabeza o estómago, sudoración y taquicardia. Lo demás se niegan al contacto físico y conversaciones eróticas.
Esto tiene como consecuencia una vida sexual no satisfactoria o malestar consigo mismo. Incluso al sostener relaciones sexuales no son capaces de llegar al orgasmo.
LOS MOTIVOS DE LA EROTOFOBIA
Los motivos no son determinados a ciencia cierta, pero muchos pacientes han coincidido en que puede deberse a traumas en la niñez o en la adolescencia, una educación muy reprimida en temática sexual o la falta de conocimiento sobre él ya sea por inseguridad extrema o baja autoestima.
Siempre es recomendable visitar a un especialista en temas sexuales para descartar cualquiera de estos síntomas y así poder llevar una vida sexual placentera y satisfactoria.
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